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LOTE 15:
Pedro Ruiz González (h. 1638/42 - 1706)
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Inmaculada Concepción
Óleo sobre lienzo. 175 x 125,5 cm.
Firmado y fechado abajo hacia la izquierda: "R.euiz. / Gonzalez. / F.º 1685." Con marco en madera tallada y dorada del siglo XIX.
Procedencia:
Primera, desconocida; Madrid, colección particular; Madrid, Alcalá Subastas 2000, p. 39, lote 58; colección particular.
Exposiciones:
Pedro Ruiz González (h. 1638/1642 - 1706). Pintor barroco madrileño. Madrid, Centro Cultural Conde Duque. Comisario: Fernando López Sánchez. Asesor científico: Alfonso E. Pérez Sánchez. Del 5 de junio al 22 de julio de 2007. Sala Juan de Villanueva. Área de Gobierno de las Artes. Ayuntamiento de Madrid, pp. 40-41, 98 y 139-140, cat. XI.
La imagen de María aparece en esta pintura según la descripción del apóstol San Juan “revestida del sol y con la luna bajo sus pies y en su cabeza una corona de doce estrellas” (Apocalipsis 12, 1). Ruiz González incorpora en torno a ella una docena de figuras entre ángeles y querubines dispuestos en grupos de dos y tres componentes que acompañan a la Virgen. Los ángeles situados abajo portan una simplificación de símbolos marianos: tres a la izquierda, con las rosas de Jericó (Eclesiástico 24, 18), el espejo sin mancha (Sabiduría 7, 26) y los lirios de Sarón (Cantar de los Cantares 2, 1); dos a la derecha, uno ofrece un atributo a María mientras sostiene la palmera de Cades (Eclesiástico 24, 18) y el otro pisa al dragón (Apocalipsis 12, 3-4) que con la manzana del Pecado Original en su boca significa la definitiva victoria de la Virgen sobre este mal.
La pintura está firmada y fechada en 1685, año del fallecimiento de Juan Carreño de Miranda, segundo maestro del pintor. El modelo de la Virgen se relaciona con la Inmaculada Concepción pintada por Juan Antonio de Frías y Escalante en 1663, su primer maestro, actualmente en el Museo de Bellas Artes de Budapest. De este modelo parece inspirarse en la situación espacial y anatómica de la Virgen, junto con el movimiento y pliegues de su indumentaria. De Escalante, deriva la posición del maligno en el ángulo inferior derecho del lienzo, que así aparece tanto en la obra de Budapest como en la que nos ocupa. También adopta de su maestro, con variantes compositivas, la figura del ángel que aparece de perfil en el ángulo inferior opuesto y que sostiene el espejo.
Esta pintura formó parte de la exposición que conmemoró el III centenario del fallecimiento del artista que contó con la asesoría científica y presentación de Alfonso E. Pérez Sánchez y el comisariado de F. López Sánchez.
| Medidas: | 125.5 x 175 cm |
