Por Isbilya Subastas
10.3.22
Calle de Virgen de la antigua, nº5 local 41011, Sevilla (Spain), Espanha
O leilão terminou

LOTE 708:

JUAN DE MESA Y VELASCO (1583 - 1627)

Esta escultura representa a San Juan Bautista de ...


Preço inicial:
450 000
Comissão da leiloeira: 19%
IVA: 21% Sobre a comissão apenas
Utilizadores de países estrangeiros podem estar isentos de pagamento de impostos, de acordo com as respectivas leis de imposto
10.3.22 em Isbilya Subastas
identificações:

Esta escultura representa a San Juan Bautista de pie que lleva en su mano izquierda el libro sagrado cerrado con el simbólico cordero o Agnus Dei sentado sobre él. La otra mano no se dirige a señalar a este cordero, sino hacia el frente con gesto de elegancia, como dialogando con el creyente. El santo viste la tradicional piel de camello de tono marrón y un manto rojo que asoma ligeramente por los lados de la figura. Los rasgos formales de la imagen presentan las características del estilo del escultor Juan de Mesa, al igual que la solución de la cabeza, especialmente los detalles de los cabellos, ojos y barba de la cabeza, además de los plegados verticales con volumen y fuerte contraste en su modulación que generan fuerte claroscuro, así como el movimiento del manto. El escultor cordobés Juan de Mesa se formó en el taller sevillano de Juan Martínez Montañés, por eso algunas de sus primeras obras reflejan el espíritu clásico y sereno del maestro. El artista murió relativamente joven, pues vivió cuarenta y cuatro años, y su actividad está documentada en las décadas de 1610 y 1620. En este corto periodo realizó una importante y valiosa producción, en la que destacan sus Cristos crucificados, que durante siglos fueron considerados obras de Martínez Montañés por su magnífica calidad. En su catálogo de esculturas se incluyen dos San Juan Bautista en los que se aprecia con claridad la evolución que experimentó su estilo en esos pocos años (fig. 1 y 3). Alcanzó un estilo propio y una manera particular de concebir la figura con mayor expresividad y vigor en el modelado de las superficies, resolviendo los plegados con mayor dinamismo. Algunos plegados verticales se enroscan formando cartuchos con curvas y contracurvas, como podemos apreciar en algunas de sus obras documentadas: el manto del San José con el Niño caminante de la iglesia parroquial de Santa María de las Nieves del pueblo sevillano de Fuentes de Andalucía realizado en 1615-1616; el manto revoloteando al aire con su borde sinuoso como lleva la Asunción de la iglesia parroquia de la Magdalena de Sevilla que talló en 1619 (fig.8); un extremo del sudario del Cristo de la Buena Muerte de la hermandad de los Estudiantes de Sevilla que hizo un año después o el de la misma advocación de la iglesia de San Pedro y San Pablo de Lima (Perú), el extremo del manto de San Ramón Nonato que realizó al final de su vida para el Convento de la Merced de Sevilla, actualmente Museo de Bellas Artes. Con ese concepto escultórico, de fuerte carácter pictórico, el escultor aportó un elemento dinámico a la imagen, cuya solución compositiva (plegado rizado de un extremo del manto o sudario y su colocación al vuelo) presenta de manera semejante el San Juan Bautista que estudiamos. Un dinamismo ausente en el ideario estético de su maestro y en los demás artistas coetáneos a Juan de Mesa. La serenidad de la composición del santo tallado en 1623-1624 para la Cartuja de Nuestra Señora de las Cuevas de Sevilla, actualmente en el Museo de Bellas Artes de Sevilla (fig.1), contrasta con la figura del santo que se conserva en el convento de Santa María la Real de Bormujos, de monjas dominicas (fig 3). La escultura de San Juan Bautista que analizamos posee las características formales de este segundo santo. Juan de Mesa aprendía el arte de la escultura en el taller de Juan Martínez Montañés cuando éste realizaba la arquitectura, las esculturas y los relieves del retablo mayor del Monasterio de San Isidoro del Campo en el pueblo sevillano de Santiponce, una de sus principales obras. Mesa intervino en segundo plano en aquella empresa artística en la que Martínez Montañés talló el primer San Juan Bautista conocido de este maestro (fig. 4). Además de esta obra, Martínez Montañés realizó diferentes imágenes y relieves de este santo precursor de Jesús para Lima (Perú), para varios conventos de monjas de Sevilla (Santa María del Socorro, San Leandro, Santa Clara y Santa Paula) y para una capilla de la Catedral (fig. 5 y 6); además de la escultura corpulenta que se le atribuye en Metropolitan Museum of Arte de Nueva York. Entre las obras del maestro y del discípulo existe una gran diferencia formal, en la que Mesa creó su propio esquema y recursos expresivos. El profesor José Hernández Díaz, primer biógrafo y gran conocedor de estos dos artistas, resumió magistralmente las diferencias entre ambos artistas con respecto a la iconografía de San Juan Bautista: “Aplomo, serenidad, equilibro, gracia y poesía en lo montañesino; movimiento, realismo, apostura, garra expresiva en el discípulo, barroquismo en suma”2. Los tres santos juanes (los dos catalogados y el que añadimos) están de pie. Consideramos que nuestro San Juan es una obra realizada entre las dos únicas conocidas hasta ahora. El que estudiamos comparte con la imagen de 1623 (Museo de Bellas Artes de Sevilla) la colocación del libro y del Agnus Dei, además de la ausencia de la una cruz en su mano derecha, mientras el de Bormujos lleva el cordero en el suelo y la cruz de rama delgada y alta en una mano. La presencia del libro, el cordero y de la mano señalando al cordero que posee la del Museo de Bellas Artes sigue la composición habitual empleada por Martínez Montañés en sus santos juanes de pie desde el que hizo en 1609-1613 en el Monasterio de San Isidoro del Campo y el que talló en 1628-1631 para una capilla de la Inmaculada de la Catedral de Sevilla, hasta el del convento de Santa Clara de Sevilla (fig. 4, 5 y 6). Esta dependencia compositiva de la imagen de 1623 puede estar justificada por la imposición de un modelo del maestro, pues Martínez Montañés firmó, dos años antes, un contrato con los cartujos sevillanos para realizar un San Juan Bautista y una Virgen con el Niño que al parecer no hizo y los monjes lo contrataron posteriormente dos años después con Juan de Mesa. El discípulo realizó un santo imberbe, como los que hizo el maestro, a excepción del primero, el del Santiponce, que lleva una pequeña barba. El que analizamos comparte muchos más elementos con el de Bormujos, cuya atribución es aceptada con unanimidad por la crítica reciente, aunque fue atribuida por primera vez por el profesor Hernández Díaz en la Exposición Iberoamericana celebrada en 1929 en Sevilla3. Y los tres poseen un tratamiento similar del cabello encrespado o ensortijado en el que destacan el volumen de los rizos en la parte central y el tipo de melena que cae a cada lado. Esta particular manera de tallar los cabellos emana de su maestro, pero Martínez Montañés no lo empleó nunca en su amplia producción de imágenes de San Juan Bautista. La túnica realizada con piel de camello tiene el mismo diseño de que la de Bormujos, cortada por la rodilla con cuello en ángulo formando una “uve” y con mangas hasta los codos. Los bordes del cuello, mangas y falda muestran resto de la lana de la piel, cuyo elemento introduce un efecto de barroquismo mediante el contraste con la superficie lisa de la túnica. Un tratamiento idéntico en estas dos esculturas es la solución de los dos pliegues verticales volumisos en la parte delantera que potencia el claroscuro y aporta dinamismo a la composición erguida del santo. También presenta semejanza en la manera de colocar el manto rojo de plegado más menudo, y en algunas zonas talla más estriada, con un extremo sobre su hombro y brazo izquierdo y el otro asomando por el lado contrario mientras envuelve la figura por detrás. En ambas imágenes este manto deja ver la túnica por delante, aunque en la versión de Bormujos un extremo del manto cruza parcialmente por la parte delantera. La configuración huesuda de la nariz de este San Juan Bautista, que presenta un evidente resalte en el centro donde se une el cartílago al hueso, es un elemento compositivo usado por Juan de Mesa en las cabezas de su figuras masculinas, como lo tiene el de Bormujos y la Cabeza de Juan Bautista del Museo de la Catedral de Sevilla (fig. 11); además de algunas versiones de San Juan Evangelista sedente (iglesia de Santa María de Estepa e iglesia parroquial de San Marcos de Sevilla), entre otras imágenes4. Sus cejas de cabellos marcados mediante pequeñas líneas incisas las podemos apreciar en la cabeza de San Juan Bautista (Museo de la Catedral de Sevilla), los cabellos de pequeños rizos revueltos, como es característico en su obra, heredado de Martínez Montañés, los ojos pintados sobre la madera con los párpados abultados marcando los bordes. Después de este análisis formal concluimos que el autor de este San Juan Bautista es el mismo que el escultor que talló la versión que conservan las monjas dominicas del convento de Santa María la Real de Bormujos (Sevilla), cuyos rasgos formales corresponden con el estilo del escultor cordobés Juan de Mesa, discípulo de Martínez Montañés. Y catalogamos esta magnífica escultura de gran calidad artística como una obra realizada entre 1623 y 1627, después de la versión de la Cartuja de Sevilla que conserva el Museo de Bellas Artes de esa ciudad y la muerte del artista. JOSÉ LUIS ROMERO TORRES Historiador del Arte y Conservador del Patrimonio Histórico __________________________________________________ __________________________________________________ _________________ 1 La escultura procede del convento que las monjas tenían en Sevilla. 2 HERNÁNDEZ DÍAZ, José: Juan de Mesa. Escultor de imaaginería (1583-1627).Sevilla, Diputación, 1972, p. 70. 3 HERNÁNDEZ DÍAS, José: Juan de Mesa..., p. 80. GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel: “Juan de Mesa, San Juan Bautista”, en Alonso Cano (1601-1667) y la escultura andaluza hacia 1600. Córdoba, Cajasur, 2000, p. 132. PAREJA LÓPEZ, Enrique (coordinador): “San Juan Bautista, obra atribuida”, en Juan de Mesa. Grandes Maestros Andaluces. Sevilla, Ediciones Tartessos, 2006, p. 346. 4 TORREJÓN DÍAZ, Antonio: “La iconografía de San Juan Evangelista en la obra de Juan de Mesa: revisiones y nuevas atribuciones”, pp. 371-378. __________________________________________________ __________________________________________________ _________________ Pieza catalogada como BIC (Bien de Interés Cultura): inexportable.
Medidas: 164 x 82 x 73 cm
Tipo de objeto: Escultura
Técnica: Madera tallada y policromada